Hasta hace unos años, era típico que, en cualquier casa, se utilizaran bombillas convencionales para alumbrar las distintas estancias del hogar, o en su defecto, en las lámparas o flexos, sobre todo para la hora de estudiar.
Poco a poco, y como está pasando en todos los terrenos, esto mismo también está evolucionando, y se están empezando a imponer en todos los hogares las luces LED.
Un ejemplo, son las televisiones actuales que suelen tener AmbiLight, una tecnología que dependiendo de la cantidad de un mismo color que se ve en la imagen de la televisión, la luz LED trasera emitirá un color u otro, relajando la vista a quien mira la televisión y proporcionando un espacio más confortable para los huéspedes.
Pero no sólo podemos ver hoy día LED en las TV, también las podemos encontrar en coches, gadgets, semáforos, anuncios publicitarios, entre otros.
Hace tiempo escuche que las luces LED serían el futuro, a día de hoy, estoy convencido no de que sean el futuro, sino de que es el presente, y esto continuará en aumento. Pero la pregunta es, ¿qué beneficios tiene utilizar luces LED en lugar de bombillas convencionales?
1) Las luces LED son más seguras y contaminan menos: este tipo de luces no tienen riesgo de estallar o romperse, y encima contaminan menos, ya que carecen de elementos contaminantes como el mercurio o el tungsteno. Otra gran ventaja es que el uso de LED reduce las emisiones de CO2 en un 80%.
2) Mayor vida útil: las luces LED suelen tener una vida útil de hasta 45.000 horas, o lo que viene siendo unos 15 años y todo ello con el menos consumo posible. Existen distintos tipos de luces LED, algunas con mayor vida útil y otras con menos, todo depende del precio.
3) No generan contaminación calórica: las bombillas tradicionales, al estar un cierto tiempo encendidas generaban mucho calor, lo suficiente como para quemarte las manos en caso de tocarlas; por el contrario, las luces LED no generan calor, ya que el 80% de la energía que consume se convierte en luz. Gracias a ello los residuos en forma de calor son mínimos y casi imperceptibles.
4) Ahorrarás energía: al ahorrar energía al producir luz, el precio a pagar en la factura de la luz será menor. El ahorro de hasta el 80% de energía es igual a una rebaja del coste energético en unos 50€ si las comparamos con las bombillas tradicionales o casi 300€ si usáramos luces halógenas. El precio de las luces LED es superior a la de una bombilla tradicional, pero a la larga ahorras dinero.
5) Iluminación más funcional: las luces LED proporcionan a la estancia en la que estemos un ambiente cálido y relajado, ya sean de colores o blanco, y además es una muy buena forma de alumbrar distintos sitios, ya que no generan calor como hemos dicho anteriormente y no daña los ojos. Algunos ejemplos de donde podemos usar luces LED son bajo el agua, bajo los sofás, tras los muebles, o en las barandillas de las escaleras. También existen tiras LED compuestas por sucesiones de luces LED conectadas las unas a las otras, y que se pueden recortar dichas tiras para colocar solamente los metros o centímetros de luces que necesitemos. Estas tiras poseen un índice cromático de 80 sobre 100 ofreciéndonos diferentes tonos de luz, tanto frías como cálidas.
6) Combinación con otras tecnologías: aquí podríamos englobar muchas tecnologías actuales que combinadas con las luces LED se pueden realizar verdaderas “virguerías”. Un gran ejemplo que casi todos conoceremos, son las luces LED que se controlan desde el propio Smartphone gracias a la conectividad bluetooth.